La música para la película “Serpientes y Escaleras” de Busi Cortés, fue compuesta en 1991, la música para la película “Miroslava” de Alejandro Pelayo en 1992, y la de la película “El Secreto de Romelia” también de Busi Cortés en 1988. En los tres casos, la relación con el director y con el editor -Óscar Figueroa-, fue muy estrecha. Desde la lectura del guión, y a partir del análisis de un primer corte, siempre propuse dos o tres temas y fragmentos que estuvieran en sincronía con el tempo, luz y color de la imagen, y con el sentir de los actores. La ubicación final, quedó siempre en función de la sincronía entre la perspectiva del editor, la mía, y especialmente, con la visión de conjunto del director.

La música para los diferentes sentires y secretos de las Romelias la concebí como un conjunto de fragmentos independientes. Por ello la discontinuidad discursiva en la organización que tienen las bandas en este disco. No así las otras dos que las compuse a partir de la idea de un obra en su conjunto, como quinteto clásico en “Miroslava”, y como suite en “Serpientes y Escaleras”. Las dos primeras obtuvieron el Ariel como mejor música.

Las piezas para sintetizador fueron compuestas en los años de 1997 y 1998. Las condiciones y tiempo de producción fueron muy diferentes a las de las películas. Disponía de 2 a 3 días para cada pieza que se usaría para un programa televisivo de media hora. De acuerdo a indicaciones de la guionista –Alicia Molina- y directora –Busi Cortés-, el espíritu no debía de ser condescendiente, sino libre, tal y como el espíritu de los personajes y sus actividades me lo sugirieran. El reto se convirtió en aprender y dejar fluir los sentimientos, construir sin pretensiones formales y con los recursos sonoros y de edición básica de un sintetizador Korg.

Las piezas para la primera serie de televisión están orientadas al acercamiento y acompañamiento de las personalidades de niños, niñas, jóvenes y adultos en su quehacer diario, por ello las identifico como “personajes”. En ellas hay con frecuencia fragmentos de percusión que intentan hacer a un lado las precisiones del compás, y dar rienda suelta a un latir sin la presencia del metrónomo. Las líneas melódicas y el trayecto armónico también pretenden por un lado, estar dentro de un sentir sin rumbo predeterminado y por otro, contrapunteadas por una sección asociada al estado reflexivo que pudiera estar representado por los padres.

La segunda parte de la serie “Retos y Respuestas”, estuvo generada a partir de los haceres y entretenimientos de los personajes en escena, por ello identifico las piezas como juegos. Derivaron de una imaginación que deja salir sensaciones, experiencias y fantasías de infancia, revividos en momentos presentes, sin restricción alguna, con algún sentido de orden y sólo por el deseo sonoro del momento.

Toda la música estuvo siempre compuesta en casa, bajo el calor, compañía, apreciaciones y sugerencias de Busi, a quien dedico este disco.