Tracking
- 1-3. Javier Torres Maldonado. (1968- ) Desde el Instante. (2002)………………………………..8.43
- 4. José Luis Castillo. (1974- ) Cloudscape (2011) con cinta…………………………….5.09
- 5. Ramón Montes de Oca. (1953-2006) Monólogo (1985)……………………………………………4.48
- 6-8. Jorge Sosa. (1976- ) Refractions (2007)con cinta…………………………….11.09
- 9. Vania García. (1982- ) Pieza no.1 (2006)…………………………………………..1.19
- 10. Itziar Fadrique. (1974- ) De luna nueva (2010)……………………………………..3.12
- 11. Leonardo Coral. (1962- ) Preludio (1992)………………………………………………4.35
- 12. Andrés De Robina. (1976- ) Disociación (2011) con cinta…………………………….6.11
- 13. Manuel Cerda. (1949- ) Divertimento (1997)………………………………………..4.21
- 14. Eduardo Soto Millán. (1956- ) Gnomos (1980) 12 cajas de música y percusiones.11.01
Músicos
Javier Vinasco – Clarinete
Créditos
- Producción y compilación de obras: Alejandro Colavita
- Producción: Jesús Lara Valerio
- Grabación: Estudio de Piedra
- Ingeniero de grabación y edición: Andrés De Robina
- Diseño gráfico: Juan Pablo Betancourt
- Fotografía: Gabriel Hernández Tinajero
Libro
Fotografía
Javier Vinasco – Clarinete solo México vol.3
Un nuevo clarinete, pluralidad de miradas.
El tercer volumen de la colección mantiene el objetivo de dar a conocer y enriquecer el repertorio mexicano para clarinete solo. Este disco muestra una vez más, la diversidad de lenguajes y usos, que van desde el empleo de medios electrónicos hasta una obra para escena. Parte fundamental de este proyecto es contribuir con la creación de obras y aquí estrenamos tres composiciones escritas para Javier. Presentamos piezas que hasta el momento no contaban con grabación comercial; la mayoría, manuscritos que no fueron de fácil acceso y que son muestra de la continuidad e interés de los compositores mexicanos por escribir para clarinete solo, a lo largo de poco más de medio siglo. En ellas, encontramos amplias posibilidades tímbricas y variadas combinaciones de recursos técnicos, que son producto del incansable deseo de los compositores por explorar y descubrir las capacidades de un nuevo clarinete.
Comenzamos con Desde el instante -tres piezas para clarinete solo- (2002) de Javier Torres Maldonado (1968), que presenta dos ideas básicas: una nota larga acompañada de un contorno melódico en constante expansión, y otra de carácter rítmico que aglomera una nota corta acentuada en el registro grave. Con estas se origina un organismo que evoluciona gradualmente a través de las piezas, dotándolas de un carácter propio y contrastante, con un fuerte sentido de unidad entre ellas.
José Luís Castillo Borja (1975) planea sobre un paisaje etéreo y suspendido en Cloudscape, del año 2000, que de manera orgánica integra en la cinta un clarinete (grabado por Javier) y copas de cristal con afinación definida, que crean el efecto de sutiles destellos de luz y la sensación de permanente elevación. La sutil micro-polifonía entre los dos clarinetes da como resultado la ilusión de que las melodías vienen envueltas en un espectro o halo casi tangible aunque sólo con la imaginación de nuestros oídos.
En Monólogo (1986) de Ramón Montes de Oca (1953-2006) podemos imaginar al clarinetista tocando frente a un espejo, iniciando su diálogo interno con impulso y aplomo; con pausas representadas por los multifónicos que le dan espacio para reflexionar sobre lo dicho. Hacia la mitad de la pieza, su carácter cambia a uno contemplativo y sereno, sin perder la idea que presenta desde el principio, para eventualmente concluir con una última mirada a su reflejo.
Refractions (2007) de Jorge Sosa (1976), en tres movimientos, fusiona el clarinete con la electrónica en un vaivén de paisajes musicales que van desde cantos medievales hasta explosiones granulares. Esta obra oscila entre incisivos momentos de estridente sonoridad, melodías contemplativas sobre atmósferas flotantes, y trinos intensos que explotan en florituras vertiginosas que traspasan túneles de texturas sobrecargadas, que concentran y desprenden energía a lo largo de toda la pieza.
En De luna nueva, del año 2010 y dedicada a Javier Vinasco, Itziar Fadrique (1975) aprovecha el contraste tímbrico de los diferentes registros del clarinete para crear una textura polifónica. Un profundo y serpenteante ulular alterna con una melodía entrecortada que busca abrirse paso en cada repetición conforme el clarinete asciende. Una serie de escalas que suben y bajan velozmente nos arrebatan hacia el clímax en el registro más agudo, que es abandonado rápidamente para restablecer una textura similar a la del inicio que ahora presenta un carácter conclusivo.
Pieza no. 1 de la joven compositora Vania García (1989), es una miniatura sencilla que introduce con notas graves motivos que comienzan gradualmente a acelerarse y a ascender en el registro hasta alcanzar la nota más aguda en la pieza, para finalmente descender y ralentizar los motivos que dieron origen a la obra.
Preludio (1992) de Leonardo Coral (1963) es una pieza de variado carácter en un lenguaje modal, que explora una suave y delicada melodía que se transforma constantemente acelerando su ritmo y describiendo sinuosos contornos cada vez más amplios, hasta alcanzar una inusitada fuerza que lleva al clímax para después regresar a la calma primera.
Dedicada a Javier Vinasco, Disociación (2010) de Andrés De Robina (1976) parte de grabaciones de clarinete que son manipuladas hasta transformarlas en una textura monocromática que, aunque en constante movimiento, llega a permanecer estática. Desde el principio la cinta diverge de la parte acústica, cuyas secciones cíclicas presentan variaciones que luego son absorbidas en un trance continuo.
Divertimento (1997) de Manuel Cerda (1949) es una pieza con dos partes contrastantes en dinámica, tempo, articulación y carácter: la primera es lenta con frases que terminan en notas largas, que son seguidas de notas cortas que gradualmente crecen en dinámica y velocidad, generando cierta expectativa que prepara el arribo de la segunda parte de ágiles movimientos y contornos quebrados. Este mismo esquema binario se repite con ligeras variaciones que terminan con un gesto final sobre un largo y enérgico glissando.
Concebida como una representación escénica, Gnomos (1980) de Eduardo Soto Millán (1956) es una composición con un lenguaje basado principalmente en la improvisación y que involucra la ejecución de la simantra (pequeñas campanas tubulares suspendidas) y el glockenspiel por parte del mismo intérprete. Algo muy particular es la colocación de 12 o 24 cajitas de música repartidas entre el público y el escenario, que sumadas sus múltiples melodías construyen un final inesperado.